Palacio del Bailío: ideal para cualquier época del año

María José Morr Graterón
5 min readDec 30, 2022

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Un lugar al que siempre querrás volver…

El lugar donde se une el encanto cordobés y la historia romana de la ciudad.

El diario estadounidense The New York Times ha incluido en su lista de destinos top para visitar a Córdoba (2021), como uno de los lugares que debes visitar más de una vez en la vida. Por eso dormir en el Hospes Palacio del Bailío es un must en la capital cordobesa. El edificio aderezará con su propia historia, arte y gastronomía tu estancia. Cualquier época del año es agradable para hacer una escapada o dejarte enamorar por este rincón y por su puesto querer volver.

Hospes Palacio del Bailío es una joya arquitectónica en el centro de la Córdoba califal y aún más especial es lo que esconde en su corazón: las mejores ruinas romanas conservadas de una casa patricia en tierras andaluzas. El palacio solía ser una antigua casa solariega de grandes dimensiones, de tapial, con extensos patios y molduras enteras de piedra caliza recubiertas de mortero de cal. Todas las características originales de la casa se han preservado gracias a los valiosos trabajos de restauración, por lo que todavía conserva elementos de gran valor para comprender el pasado histórico de la ciudad de Córdoba y poder hacer un viaje en el tiempo.

La gastronomía un placer necesario…

Los huéspedes podrán vivir una experiencia intensa disfrutando de los sabores de la tierra en el Arbequina Restaurante & Tapas Bar, un lugar único porque no todos los días se puede disfrutar de la gastronomía de autor sentados sobre ruinas romanas (suena descabellado, pero aquí es posible). El suelo de restaurante es totalmente transparente para que puedas disfrutar de lo que guarda el corazón del hotel: ruinas romanas de lo que venía siendo una casa patricia.

Además de estar envueltos en frescos del siglo XIX. Una atmósfera única para un gourmet y para los que seguramente se convertirán en uno después de probar las creaciones del chef Javier Moreno, amarás el salmorejo y el risotto de rabo de toro cada uno con sus deliciosas texturas inolvidables.

Salmorejo y risotto de rabo de toro del Restaurante Arbequina.

La cocina de Javier Moreno parte de las raíces. Volver a eso que nuestros sentidos no olvidan. Como el propio chef describe el palmarés de platos del restaurante como fruto de un exhaustivo estudio de elaboraciones de todo el mundo y la incorporación de productos tanto nacionales como internacionales. Los productos de toda la vida, locales e importados convergen en una constante transgresión creativa, recuperando técnicas y potenciando sabores de tres culturas que han estado en Córdoba desde siempre. Aunque parezca contradictorio el objetivo es crear es crear un equilibrio desordenado, sabores que no dejen a nadie indiferente, intercalando la potencia y lo delicado.

Descanso histórico en la suite Gran Capitán

Gonzalo Fernández de Córdoba, el mejor soldado, mejor conocido como el Gran Capitán. Aquí la historia y el confort van unidos de la mano, en lo que se refiere al descanso los detalles están muy cuidados para el disfrute de los huéspedes. Una amplia habitación con vistas a jardines con limoneros que le alegran el día a cualquiera.

Suite Gran Capitán
Otro ángulo de la suite Gran Capitán

Wellness con sabiduría romana

Después de un buen gusto hay que relajarse en el jardín rodeado de naranjos o bien en el Bodyna Spa, que incluye acceso a unas termas romanas únicas en la ciudad. Esta maravilla contempla un patio flanqueado por columnas romanas donde se encuentran las cabinas de masaje y tratamientos alimentadas por varias termas en el subsuelo. Aquí puedes disfrutar del cuidado de la piel con exclusivos faciales, rituales de belleza, masajes, tratamientos corporales y mucho más.

Baños romanos Spa

Interiorismo y arquitectura

Su pinacoteca es una de las peculiaridades más hermosas del palacio, y le distingue de otros establecimientos. El Zaguán El acceso principal del Palacio, por la calle Ramírez de las Casas Deza, se realiza a través del zaguán. Es un espacio a cielo abierto al que sigue un ancho túnel arqueado de color almagre (tonalidad rojiza, próxima a la sangre de toro) por el que se accede a la parte principal de la casa.

Otro amplio zaguán interior da paso al patio y a la escalera principal, donde se hallan dos interesantes portadas gemelas en piedra con pilastras de orden jónico que podrían fecharse entre los años finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. En la entrada, saludando al nuevo huésped, se erige una estatuilla de San Rafael, un encargo del último propietario, a modo de patronímico. Otros elementos decorativos de este precioso zaguán son los pilares romanos empotrados en las paredes de la galería cubierta, el lóbulo (ventana que forma parte del muro), al que sigue una hilera de ladrillo; y las finas columnas que soportan los arcos del patio.

Los jardines inspirarían hasta el mismísimo Monet en primavera, en otoño tienen otro carácter con una belleza sobria. Esto es solo una pequeña invitación a lo que puedes vivir y descubrir en el Palacio del Bailío.

¡Nos vemos en Córdoba!

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María José Morr Graterón

Journalist, Culture, Travel, Lifestyle, Tourism, Gastronomy and Art Freak / IG @majomorr